Independientemente si eres un eurofan o un partidario de acabar con este concurso musical no cabe duda que Eurovision es uno de los eventos mundiales más importantes que se celebran cada año. De hecho Eurovision es el evento no deportivo más seguido en todo el mundo. Hace años que dejó de ser una competición exclusiva del viejo continente, levanta pasiones en todos los continentes e incluso ya cuenta con Australia dentro de la nómina de países que compiten para alzarse con el trofeo ganador.
Con tantos ojos pendientes es normal que el país organizador cada año intente sorprender al resto del mundo mostrando una imagen moderna e innovadora. De hecho es tal la inversión que se necesita para organizar un evento de estas características que algunos participantes parece que quieren evitar ganar a toda costa, al menos a juzgar por los representantes que envían al concurso.
Hoy repasamos algunas de las cifras y elementos más destacables que Ucrania ha puesto en juego e intentar conseguir que la edición de este año sea la más impactante hasta ahora.
Lugar de celebración – International Exhibition Centre de Kiev
Es la segunda vez que se celebra el festival de Eurovision en la capital ucraniana (la primera vez fue en el año 2005). El escenario escogido esta vez es el International Exhibition Centre de Kiev que cuenta con una capacidad cercana a los 11.000 asistentes y una extensión de 58.000 metros cuadrados. Seguidores de los 42 países que participan abarrotarán este magnífico edificio que abrió sus puertas en 2002 y fue construido bajo la dirección de Anatoly Tkachenko.
Identidad visual del evento – Diversidad con un toque local
Cada año el país organizador crea un tema junto con una identidad visual de cara a promocionar el concurso. El tema o slogan de este año es “Celebra la diversidad” (Celebrate diveristy en inglés). Casi siempre el festival se ve empañado por alguna polémica de carácter político (este año Rusia ha decidido no participar y a nadie se le escapa la relación de esta negativa con las tensiones que el país mantiene con Ucrania) por lo que es normal que siempre se haga un guiño a valores internacionales y a elementos que tiendan a unir y no a separar a los países participantes. La identidad visual hace precisamente esa llamada a la defensa de la diversidad. Partiendo de la forma de un collar-amuleto tradicional ucraniano juega con diferentes formas y motivos en cada una de sus cuentas dando un mensaje claro: aunque seamos diferentes estamos todos unidos.
Además Eurovision y Twitter han diseñado conjuntamente tres emojis que serán usados en diferentes momentos de la competición. Por un lado uno con una forma de corazón (imagen de la competición) y otro con forma de collar (imagen de esta edición, como ya hemos visto) que se usarán durante las actuaciones. El tercero simula la forma del trofeo, un micrófono, que será acompañado de los hashtags #12Points y #douzepoints durante el proceso de las votaciones.
Escenario – Apostando por la tecnología
Eurovision ha ido evolucionando de un concurso de canciones a un espectáculo más completo donde la escenografía y la coreografía tienen tanta o más importancia que la propia composición musical. Además en los últimos años los organizadores aprovechan el escenario como un escaparate de sus capacidades tecnológicas. Las pantallas LED están por todos lados, incluido el propio suelo del escenario, lo que proporciona a los diseñadores de escenografía de los diferentes países muchas posibilidades para incorporar juegos de imagen y luces en sus actuaciones, pero también dará muchos de quebraderos a los artistas (¡y a los técnicos ya ni hablemos!).
Sistema de votación – Interacción con la audiencia
Si hay unas palabras que definen Eurovision son sin duda «douze points!«. Conseguir la más alta puntuación es complicado pero todavía hay una cosa aún más complicada: recopilar todas las votaciones de todos los países. Conexiones en directo con todos las capitales para que vayan desgranando las votaciones de los aficionados más una recopilación final con los puntos que otorgan los jurados profesionales de cada país. Una gran logística que debe cimentarse sobre una estructura de telecomunicaciones excepcional para asegurarse que tanto las conexiones como la información de las votaciones son procesadas correctamente.
Pero además de la votación oficial los organizadores este año ofrecen a los usuarios que se descarguen la aplicación oficial de Eurovision emitir su veredicto de cuántos puntos creen que se merece esa canción en tiempo real. Cada puntuación se corresponde con un color. A mitad de la canción el sistema realizará una media de los votos emitidos y se iluminará el ayuntamiento de Kiev y el teatro de la Ópera Nacional con el color correspondiente. Una forma original (¡y muy colorida!) de interactuar con tu audiencia.
