Cuándo y cómo debe acometer una empresa un proceso de rebranding

Home » Blog » Cuándo y cómo debe acometer una empresa un proceso de rebranding

 

Rebranding para empresasCada cierto tiempo necesitamos introducir algunos cambios en nuestra vida y lo más normal es empezar por el espacio en el que vivimos. Cambiamos las cortinas, damos una mano de pintura a las paredes y techos, ponemos nuevos elementos decorativos, tiramos (o mejor, reciclamos) algún mueble viejo… Como decía una famosa multinacional sueca redecoramos nuestra vida. Estos cambios además tiene un efecto psicológico de motivación y energía muy positivos para todos nosotros.

Todas estas cosas que hemos dicho son igualmente aplicables en las empresas. Los procesos de redefinir nuestra marca, rebranding en inglés, pueden servir en un determinado momento como un revitalizador de nuestra organización. Ya sea porque se necesite aumentar las ventas mejorando nuestro posicionamiento o porque queremos lanzar un nuevo mensaje a nuestros posibles compradores, redefinir nuestra marca puede conseguir que nuestra empresa alcance los objetivos que nos hemos marcado a la vez que abrimos las ventanas para que entre un poco aire fresco y renovador.

¿Cada cuánto tiempo debe hacer una compañía un proceso de rebranding?

No hay nada más peligroso para la supervivencia de una empresa que las frases del tipo “esto ha sido así toda la vida y no vamos a cambiar”. Nuestro entorno cambia, los referentes culturales y de estilo cambian, por eso nosotros debemos también evolucionar. Pero ¿cada cuánto debemos hacerlo? Redefinir la marca cuesta dinero y tiempo por lo tanto no es algo que debamos hacer cada dos por tres. Por eso los procesos de rebranding deben ser llevados a cabo como algo excepcional, de una forma tranquila y muy pensada para evitar que, al cabo de poco tiempo, tengamos que acometer otro y empezar así de cero. Por lo tanto, antes de empezar a cambiar las cortinas pensemos en el futuro y escojamos con cautela el material, los colores y el corte. Huyamos de modas pasajeras y pensemos en el largo recorrido.

El logotipo como máximo ejemplo de nuestra nueva etapa

Si hay un elemento emblemático dentro de la marca de una empresa ese es su logo. De un vistazo nuestros clientes deben entender quiénes somos, qué hacemos y, lo más importante, cómo lo hacemos. Cualquier proceso de rebranding debe, por tanto, culminar con un cambio de logo. Pero este cambio no tiene por qué ser drástico ni rupturista. Es más, si muestra una evolución manteniéndose fiel a su origen conseguiremos transmitir un mensaje muy positivo: aquí estamos renovados, ofreciéndote nuevos servicios pero con la misma calidad y valores de siempre.

¿Nos vale la misma estructura que hemos usado hasta ahora?

Es posible que no nos baste solo con cambiar las formas y los colores sino también el fondo de nuestra compañía. Esa decisión no depende del departamento de comunicación, es más una decisión estratégica de la compañía. Pero en el caso que se produzca nuestra estrategia de rebranding debe apostar claramente por dar a conocer esos cambios. Si han surgido nuevas áreas de negocio tendremos que destacarlas dedicándoles, por ejemplo, una paleta de colores específica que deberán usar todas las personas de esta área, tanto en sus comunicaciones interiores como en las exteriores. Incluso a lo mejor tiene sentido crear logos específicos por cada una de ellas, siempre teniendo al logo general como referencia.

Elemento clave en todas los procesos de redefinición de marca: La campaña de comunicación

No sirve de nada realizar todos estos cambios si no los comunicamos externamente. La campaña de comunicación y promoción debe estar presente durante todo el proceso de rebranding. No se trata de preparar un cocktail con algunos de nuestros clientes una vez completado y ya. Debemos aprovechar este nuevo lanzamiento de la empresa para realizar una campaña que sea lo más amplia y completa posible, trabajando cuidadosamente los mensajes que queremos transmitir. Empecemos primero por nuestros empleados ya que ellos van a ser los encargados de comunicar y ejemplarizar este cambio de la compañía. A continuación quizás queramos tener una mayor deferencia con nuestro mejores clientes. Por último nos queda dirigirnos al público en general, pensando especialmente en aquellos que todavía no trabajan con nosotros. Cada uno de estos grupos target tienen su complejidad y sus ventajas. Analicémoslas para ver qué herramientas y canales tenemos a nuestro alcance para culminar este proceso de rebranding que comenzamos meses atrás.

¿Quiere saber más sobre como Top Global puede ayudarle con su proceso de rebranding? Pídanos información en este enlace

Posted on