Si hay un área donde la impresión está experimentando un mayor desarrollo es en el de las impresoras 3D. Desde sus aplicaciones en el mundo industrial (para la confección de piezas y repuestos) hasta en el campo de la sanidad (en la elaboración de prótesis, implantes e incluso trasplantes) pasando por la gastronomía, botánica o el diseño, las impresiones en tres dimensiones están viviendo una auténtica eclosión. La arquitectura no es ajena a este fenómeno. De hecho había adoptado ya su uso para la elaboración de maquetas o algunas estructuras. Pero cada vez van siendo más los arquitectos que usan las impresoras 3D para construir directamente sus proyectos.
El pasado mes de diciembre Apis Cor y PIK llevaron a cabo la construcción de una casa de 38 metros cuadrados en Moscú… ¡en tan solo 24 horas! No es un caso aislado. En Dubai ya se había realizado la construcción de una oficina usando la impresión 3D y en Pekín se había realizado la construcción de una casa capaz de resistir un terremoto de magnitud 8.0. De hecho en Shanghái construyeron 10 casas en un solo día gracias a esta tecnología.
La gran novedad de esta nueva construcción está en que por primera vez se ha realizado la construcción usando una impresora móvil. Mientras que en casos anteriores las impresoras utilizadas eran de un tamaño mayor al de la propia construcción, en esta ocasión la construcción/impresión de la casa se podía realiza desde dentro de la misma. El coste total de construcción de la casa, incluyendo otros gastos como el cableado, aislamiento o el acabado exterior de la misma, fue algo superior a los 10.000 dólares.
La impresión 3D por lo tanto está emergiendo como una de las alternativas sostenibles para las construcciones del futuro e irán cobrando cada vez más una mayor importancia. La pregunta es: ¿estaría usted dispuesto a vivir en una casa que ha sido construida por una impresora 3D?
Posted on